10 jul 2020

Despertando




Y me soñé anteanoche en el paraíso...
Si la vida fuera sólo lo que deseamos, probablemente sería ridiculamente ABURRIDA. Por eso hay que aprender a balancear quienes y como somos, pero aún más como actuamos, lo bueno, lo no tan bueno, el carácter, la personalidad, la forma en como nos relacionamos con nosotros mismos y quienes nos rodean; la vida sólos o en pareja, nuestro papel como miembro de una familia, como hijo, hermano, primo, conyúge, segundo o tercer frente, como amigo, como enemigo, como profesionista considerando por supuesto nuestras fuerzas, débilidades, posibilidades pero mayormente nuestras auto-limitaciones y condicionamientos por que están ahi, siempre colandose en cada momento de nuestra existencia y  ciertamente nos revelan aquello que debemos superar para así poder evolucionar. He optado por creer que hacerse consciente del trabajo que hay que ejecutar es el comienzo de un largo camino por recorrer que a veces luce lleno de baches o de piedras y que luce largo, tedioso, repetitivo y eterno. En mis mañanas después de sueños así, me doy cuenta que ha sido la energía plasmada en mis últimos momentos de consciencia por que al cerrar mis ojos agradezco cada minuto de mi día, me duermo satisfecha, me siento fuerte, sana, en armonía con el universo y por ende en sintonía con Dios y sus milagros.

Y me soñé anoche en un lío...
Sencillamente el poder de nuestra mente es increíble, ya que proyectamos en nuestros sueños las historias que conscientemente nos negamos a siquiera pensar pero sabemos que están latentes.. Esos riesgos, las fallas, los errores que cometemos y tratamos de ocultar, lo que nos callamos... No llamo a eso  mis pesadillas, aunque me puedo despertar saltando de la cama con la angustía clavada en el alma y el miedo latiendo en mi corazón, esos sueños para mi, son tan sólo las señales encendidas de alerta que me invitan a moverme hacia adelante, a tratar de rectificar, a intentar rediccionar, a sinceramente replantear o ver como remediar la realidad. En mis mañanas después de sueños así, reconozco que, debo de agradecer también esas noches de insomnio o sueños incomodos que a la mala, me traen información sobre mi misma y de la ruta que decidí tomar en ese camino dicho antes, lleno de baches o de piedras y que luce largo, tedioso, repetitivo y eterno pero que cada día debo de andar.